lunes, 20 de diciembre de 2010

CAOS Y ORDEN


Cuando se dice que la Naturaleza está en equilibrio y que el Ser Humano lo ha roto, no es cierto. No hay nada en equilibrio en la vida, entendiendo este como una situación duradera, estable, libre de alteraciones fuertes que produzcan un cambio brusco del estado actual. En la naturaleza todo está cambiando. Los seres vivos cambian, se adaptan, modifican el medio a su favor y este a su vez cambia para que la vida se adapte a ese cambio. Desde hace millones de años ha ocurrido así y gracias a esa inestabilidad la vida se ha abierto camino desde que apareció.

Nosotros vamos contracorriente. Desde que nacemos y por pura supervivencia buscamos la estabilidad. El niño la necesita para su equilibrio y madurez, pero crecemos y nos creemos que la vida es un estanque de aceite. Cuando por circunstancia esa estabilidad se rompe nos sentimos desorientados, abatidos, sin rumbo, destrozados por dentro hasta que por fin y después de mucho esfuerzo la volvemos a encontrar. Confundimos inmutabilidad con seguridad y no es así. No somos capaces de prepararnos para aceptar que la realidad cambia y que la adaptación a los cambios producidos o inducidos, nos hace mas fuerte y nos permite sobrevivir, ser mas autosuficiente y con mas capacidad de obrar y actuar.

El caos es la máxima expresión del orden, eso dice un lema anarquista, incluso el filósofo Antonio Escohotado en su ensayo Caos y Orden nos viene a decir que el caos es otra forma de orden. Osea, aun en el supuesto caso de que el caos, la espontaneidad, rompa nuestro equilibrio, esa nueva forma “caótica” viene a ser un nuevo orden. En resumen. Tanto el caos como el orden son estados que rompen lo cotidiano y transforma una realidad, que supuestamente es buena, en otra que desconocemos y que la suponemos como mala.

Estos pensamientos están claros en el mundo de la política y de la manipulación ciudadana, de masas, como diría el marxista. La derecha pretende hacernos ver que vivimos en un permanente caos y que es necesario volver a la estabilidad y a la seguridad que nos ofrece su oculto programa electoral. El “desgobierno”, los “bandazos”, la “inseguridad”, es la que produce el gobierno actual y eso es malo. El ciudadano no lo quiere. El ciudadano lo que necesita es un gobierno fuerte, rígido, seguro que ponga orden en este aparente caos, para que se produzca el progreso. Aunque la respuesta a este planteamiento no hay que buscarla muy lejos. Con decirle que en Italia, la séptima potencial mundial, desde 1945 ha tenido 61 presidentes de gobierno. Dicho de otra forma; en los últimos 63 años ha tenido 61 presidentes. El “caos” político italiano se ha convertido en su máximo orden que le permite sentarse en el G8, y ser una potencial mundial.

En Jerez pasa algo parecido. La alcaldable del PP pretende hacer ver que Jerez no funciona, su gobierno local está sumido en luchas internas desgarradoras, que hay desgobierno, que la alcaldesa no gobierna y que Jerez necesita un gobierno “estable” que le de progreso, seguridad y ella está ahí ofreciéndose para lo que Dios disponga. Da a entender que los jerezanos la aclaman para que se siente en el sillón de regidora y mire vd. por donde parece ser que no es así.

Resulta que se ha realizado una encuesta por el periódico digital redperiodista.es  donde se refleja que la realidad es bien distinta y que solamente hay, a pesar de la crisis y de los problemas de liquidez del ayuntamiento, un concejal de diferencia.

¡Como me acuerdo del poema de Bertol Bretch cuando finalizaba diciendo..... El hombre puede pensar!.

domingo, 12 de diciembre de 2010

EL CLIMA EN VENTA


Una de las cosas que aprendí cuando comencé a tomar conciencia social allá por los 70, es que en el capitalismo todo se vende, hasta el límite que se vende a sí mismo. Vende su propia imagen y no importa que esa imagen sea buena o mala. El capitalismo vende hasta sus enemigos. ¿Quién no ha visto la imagen del Che en camisetas, cervezas, abrebotellas, o los mensajes antinucleares en camisetas y anuncios?. Se ha vendido hasta la imagen de los drogadictos o enfermos de SIDA moribundos por medio de una marca europea de moda. No tiene límite. Es su esencia, vender, vender y vender. Si no vende el capitalismo no funciona.

Este modelo de hiperdesarrollo tiene sus consecuencias. En 250 años de era industrial que llevamos, el ser humano ha vertido mas contaminación a la atmósfera que en toda su historia si consideramos como tal, la que comienza con el Homo habilis hace unos 2,5 millones de años. Para hacernos una idea mas concreta, si comprimiéramos esos 2,5 millones de años en 24 horas, la era industrial aparecería los últimos 8,64 segundos antes de que acabe el día. En esos últimos segundos de ese imaginario día, hemos hipotecado el futuro de generaciones venideras, lo que nunca ha ocurrido en la historia del ser humano. Dicho de otra forma, lo que no hicieron 83.000 generaciones anteriores de seres humanos, en las ultimas 7 hemos hipotecado el futuro del resto de nuestro descendientes. Todo un desatino.

Puede tener excusa el que nuestros ascendientes no supieran el daño que causaban, pero hoy en día tenemos los conocimientos suficientes para saber lo que estamos haciendo. Mas de 2.000 científicos del IPCC (Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático) pronostican un futuro incierto para el ser humano, por un incremento de varios grados de temperatura. Si este incremento lo mantenemos en dos grados, los daños son graves pero asumibles. Si se incrementa aún mas, las consecuencias serán desastrosas y millones de personas perecerán en dos generaciones como máximo.
Ante este triste panorama ¿que se está haciendo para evitar lo casi inevitable?.

En el año 1997 se adoptó en la ciudad de Kioto, Japón, un acuerdo que ha sido ratificado por 187 países, EE.UU. y China aún no lo han firmado, para reducir un 5% las emisiones antes del 2012 con respecto a las que había en 1990. Para conseguir estas reducciones se estableció el llamado Comercio de Derecho de Emisión, que consiste en que los países o empresas que se pasan en las emisiones establecidas pueden pagar a las que no han alcanzado esos límites. Es el comercio del clima, todos los países están de acuerdo en que el clima es un producto en venta. En estos días se ha celebrado una reunión internacional en Cancún donde se vuelve a manifestar por enésima vez la incapacidad de los gobiernos para frenar el incremento de la temperatura del planeta. Se acuerdan cosas importantes pero no vinculantes, exepto la creación de un Fondo Verde de ayuda a los países en vías de desarrollo como compensación para no talar sus bosques.

Los acuerdos de Cancún suponen un paso adelante respecto a la fracasada reunión de Copenhage, pero insuficiente. El hombre, porque son varones los que deciden, está actuando como un grupo de médicos que tienen un enfermo encima de la mesa. Todos saben que se va a morir y que hay que actuar porque el tiempo se acaba, pero se dedican a discutir entre ellos sin tomar una decisión. Solamente la Unión Europea es la que tira del carro. Nuestras sociedades están muy sensibilizadas con este problema y presionan a sus gobiernos, que a su vez han tomado conciencia, ya que países europeos se verán afectados con mas intensidad que en otras regiones del mundo. No en vano después de la ola de calor que sacude Europa cada verano o las inundaciones invernarles ponen en guardia a Bruselas sobre el tema.

Se tiene que dejar de ver el clima como otra fuente de intercambio económico y actuar rápidamente porque el tiempo nos va en contra y los daños que se prevén son de tal magnitud que nuestra sociedades, nuestros valores, nuestro futuro cambiará para peor y por mucho tiempo.

Todos tenemos una responsabilidad, no es justo echar la culpa a nuestros gobernantes. Nuestra forma de vida la debemos de ir cambiando poco a poco. El andar mas, el uso de la bicicleta, el de los transportes públicos, el ahorro de luz, y en definitiva, toda actuación que vaya dirigida a no contaminar es una aportación personal y una garantía de futuro por pequeña que sea.