Cuando en el mundo aparece un buen político, puede identificársele por este signo:
todos los necios se conjuran contra él.
Sirva esta entrada, que adapta la introducción del magnífico libro de K. Toole, La conjura de los necios como introducción de este artículo sobre la mediocridad.
Una de los retos que tenemos los seres humanos es conocerse uno mismo y fijar nuestros propios límites. Todos nos creemos que nuestro límite es el cielo, como decía Wayne Dyer, pero no es así. Tenemos limitaciones intelectuales y cognitivas que son casi imposible de superar y para conseguirlo deberíamos dedicar nuestra vida y nuestro tiempo a ello, para finalmente superarlas. Como la tarea se nos muestra ingente, al final optamos por seguir como somos y disfrazar nuestra mediocridad.
A lo largo de nuestra vida y en política aún más, nos encontramos con personas mediocres que en su afán por superar los límites que ellos mismo se reconocen, siguen adelante, poniendo freno a los demás y llegando, en la mayoría de los casos a impedir que no le superen en su medio de trabajo o incluso derribando a aquellas personas que están por encima de ellas. Son los mediocres.
Los mediocres son personas, incluso afables y listas, con lo que se les tarda un poco mas en descubrir, que utilizan dos herramientas importantes: la confabulación y el impedimento. La primera para seguir adelante y el segundo para impedir a los demás continuar. Si ponen empeño en ello, y lo ponen, se los aseguro, consiguen lo que quieren pero a un precio muy alto... para otros. Otros que son personas válidas, que ven truncada su carrera y en consecuencia la institución donde están se ve perjudicada por la pérdida de la valía de quién realmente es válido.
Esto ocurre mucho en el mundo de la empresa privada y mucho más en política. He conocido a políticos que han llegado a ocupar puestos importantes con una incompetencia manifiesta, pública y notoria. Seguro que les sonará los nombre de Celia Villalobos, sin ir más lejos.
Todos los mediocres son conscientes, tienen conciencia de su mediocridad y por tanto de sus limitaciones, por eso usan la conspiración como método de superación. Normalmente ocupan puestos medios en los aparatos de los partidos y empresas o son usados por mediocres más inteligentes. Porque hasta en ellos hay jerarquías.
El miedo y la desconfianza son los enemigos que ellos mismos se crean. Miedo a perder lo que con tanta conspiración les ha costado conseguir y desconfianza hacia todo lo que le rodea. De ahí que las artimañas, el secretismo y la oposición a casi todo sean su elemento de trabajo.
Si crearan un partido político, no llegarían ni a la asamblea constituyente, aunque confieso que sería divertido asistir a ella. Pero me surge una duda. Si los conocemos, sabemos donde están ¿que hacemos con ellos?. Podríamos quitarlos del puesto que ocupan, pero no lo aconsejo porque sus maromas de seguridad los tienen bien tensas. Se podría, hablar pacientemente con ellos y hacerles ver lo que están haciendo, pero tampoco lo aconsejo porque sería inútil y hasta peligroso. Así que lo más inteligente es no hacerles caso, pero sin darle la espalda, porque algunos de ellos hasta llegan a ser candidatos a alcaldias o la propia presidencia de la comunidad, no del bloque claro está.
Excelente artículo :)
ResponderEliminarY lo peor es que hay muchos y muchas Villalobos en el mundo... Enhorabuena por el artículo Pepe.
ResponderEliminarEL Autoanálisis es una práctica muy valiosa para ganar eficacia en nuestra vida. Examinar nuestros pensamientos y acciones, y evaluar si estos nos conducen hacia la consecución de nuestros objetivos es una rutina diaria que debemos incorporar. Al final del día hemos de preguntarnos cual útiles hemos sido, en donde hemos errado o como podíamos haber hecho más.
ResponderEliminarNo debemos olvidar que nosotros no somos nuestros errores o fracasos, sino que somos seres en un proceso de aprendizaje. Ningún problema se resuelve en el nivel de los problemas sino en el nivel de las soluciones
La primera pequeña mentira que se contó en nombre de la verdad, la primera pequeña injusticia que se cometió en nombre de la justicia, la primera minúscula inmoralidad en nombre de la moral, siempre significarán el seguro camino del fin.
ResponderEliminarVátslav Havel
Una verdad a medias no es más que una cobarde forma de mentir
ResponderEliminarLa mentira nunca vive hasta llegar a vieja. - Sócrates
El pecado emplea muchos instrumentos, pero la mentira es un mango que se adapta a todos.- Oliver Wendell
El hombre que no ...teme a las verdades nada tiene que temer de las mentiras. - Thomas Jefferson
Aquello a que tienes miedo, es una clara indicación de lo siguiente que tienes que hacer.
Una mentira va pisándole los talones a otra. - Terencio
El que dice una mentira no sabe qué tarea ha asumido, porque estará obligado a inventar veinte más para sostener la certeza de esta primera - Alexander Pope